Valle Sagrado de los Incas

El valle Sagrado de los Incas

El Valle Sagrado de los Incas se encuentra en la zona de los Andes peruano y sus tierras son muy fértiles, debido a esto se convirtió en unos de los principales sitios de producción de maíz del Perú. Hoy en día la zona está repleta de pueblos donde su principal ganancia la obtienen de la agricultura y la ganadería y también del turismo, gracias a la venta de artesanía y  productos de la zona.

En nuestra estancia en Perú debido a que estuvimos unos días en Aldea Yanapay no pudimos recorrer todos los pueblos pero si los más importantes como : Pisac, Maras y Moray. Aparte de la zona de MachuPicchu y Ollantaytambo y los alrededores de Cusco con las zonas arqueológicas de Sacsayhuamásn y Qenko.

Pisac

El día que fuimos a Pisac tomamos un taxi después de batallar el precio con el taxista. Nos habían recomendado que habláramos con el taxista para que nos llevara y nos trajera y nos cerrara el precio y así lo hicimos. De esta manera pudimos estar tranquilos visitando las ruinas y el mercado.

Pisac o Pisaq, es un pueblo que está a unos 30km de Cusco, a unos 3300 m. sobre el nivel del mar y que cuenta con un recinto arqueológico de los de mayor importancia del Valle Sagrado.

La población está dividida en dos partes, la antigua en la parte alta de la montaña y la actual que está en el valle y que es de la época colonial. Pisac fue planificada por Pachacutec y recibe el nombre derivado de la palabra quechua “P’isaqa” que significa “perdiz”, muy común en esta zona y que según se ha comprobado, el complejo de edificios del cerro están construidos con la forma de este ave.

 

Nos hizo muy buen día en Pisac y pudimos disfrutar de unas vistas al Valle que son una maravilla. Por no hablar de su recinto arqueológico: andenerías estructurales para el cultivo con sus canales de agua, torres vigilancia, recintos ceremoniales, etc., y además de un “Intihuatana” (una piedra sagrada donde los sacerdotes rendían culto al sol) que junto con el de Machupicchu, son los que mejor se conservan.

Para visitar las ruinas, a nosotros el taxista nos subió a las ruinas pero si vas con tiempo, hay un camino que sube desde el pueblo. Nuestra intención era bajar andando una vez habíamos visitado las ruinas pero había estado lloviendo y estaba todo lleno de barro que era casi imposible bajar, así que bajamos con el taxista y nos dejó en el pueblo para poder comer y ver el mercado.

Aprovechamos para hacer esta visita a Pisac en domingo porque habíamos visto que era uno de los días que encontraríamos el mercado artesanal y no nos decepciono. Íbamos con dudas de si merecería la pena o no comer en el mercado y visitar la zona y salimos muy satisfechos.

Es extraordinario la variedad  de productos que podréis encontrar como por ejemplo textiles tradicionales: ponchos, alfombras, jerséis, gorros, guantes, bufandas y mantas y un largo etc. Productos nativos como la hoja de coca, quínoa, verduras, fruta, todo tipo de patatas, cerámica, antigüedades, instrumentos musicales, pinturas, joyas y piedras preciosas entre otros. Todo esto en un marco de ambiente lugareño con paraditas de comida rápida al estilo casero donde la gente se junta para comer en la calle y las mujeres forman un telón de fondo lleno de colorido por sus vestimentas.

No nos pudimos resistir a probar alguna que otra cosa, compramos fruta, comimos en una de las paradas carne con ají y patatas y compramos hojas de coca. Después de hacer alguna que otra compra nos fuimos al sitio donde habíamos quedado con el taxista para que nos llevara de regreso a Cusco.

Maras Moray

Nuestra visita de Maras y Moray tuvo algún contratiempo por coger un taxista que no sabía dónde nos llevaba.

Queríamos ir a visitar el pueblo y las ruinas de Maras y Moray en una tarde porque por las mañanas estábamos en la aldea con los niños, así que la mejor manera era en cuanto salíamos comprarnos unos bocatas, coger un taxi y carretera y manta a visitar los dos sitios antes de que se nos hiciera de noche, porque Maras se encuentra a unos 50 km.

Eso hicimos, paramos a tres taxistas y ninguno de ellos quería llevarnos porque estaba muy lejos y como ya llevábamos unos 10 días allí ya sabíamos qué precio era el justo para cobrarnos y regateábamos. El 4arto paró y llegamos a un trato con él, 90 soles ida y vuelta y espera a que visitáramos las ruinas y la salinera. Nos resulto raro pero a la vez perfecto. Emprendimos el camino hacía Maras, en poco tiempo ya estábamos envueltos de campos y montañas. Este pueblo pintoresco destaca por sus calles y portadas coloniales. Fuimos a visitar las salineras o minas de sal que se encuentran al noroeste del pueblo a unos 10 km.

 

Estas minas de sal forman unas terrazas las cuales son atravesadas por un rio que nutre de aguas las más de 2000 pozas. Eran explotadas como intercambio económico en sus inicios y actualmente son llevadas por los lugareños. Es aconsejable ir en la época seca cuando el blanco ocupa toda la zona de la ladera, nosotros aun no ser época seca fuimos y esto es lo que pudimos ver. No deja de ser asombroso.

Terminamos de ver las salineras y nos fuimos dirección a Moray. Al llegar al pueblo el taxista no sabía llegar a las ruinas. Después de unas cuantas vueltas por el pueblo, paró a preguntar a una mujer que iba cargada y vestida con la vestimenta típica peruana. La mujer le señalizaba para arriba de la montaña. Empezaron hablar en quechua y después de un rato nos dijo que estaba lejos y que no sabía muy bien como llegar.

La mujer iba en la misma dirección así que le propusimos que se subiera y nos guiara así de paso la llevábamos. Al  llegar a las ruinas después de más de 15 minutos y haber dejado a la mujer en una casa en medio del camino de arena por el que subimos el taxista nos dice que no podrá ser el precio que habíamos pactado pues estaba más lejos de lo que pensaba. Nos quedamos a cuadros pensando que nos iba a dejar tirados.

Fuimos a comprar las entradas para entrar en las ruinas (10 soles) y le preguntamos al hombre de las taquillas si había otra forma de bajar al pueblo que no fuera andando, porque íbamos fatal de tiempo y se nos haría de noche y nos dijo que no, que ahí solo se llegaba o andando o en taxi. Decidimos que ya pensaríamos que haríamos y que íbamos a disfrutar de la visita primero.

 

Moray forma parte del Valle Sagrado de los Incas y es un sector de ruinas en las que podemos ver un seguido de terrazas formando círculos superpuestos unos encima de otras formando círculos que van ampliándose. Posiblemente fue un centro de investigación agrícola donde se llevaban a cabo experimentos para crear microclimas. El sitio tiene algo muy místico. Entre los círculos, el paisaje que las envuelve y el silencio que lo rodea te quedas como embelesado en aquel lugar.

Bueno después de la visita regresamos al taxi. El taxista nos llevo de regreso a Cusco pero al llegar nos incremento el precio. Nosotros le pagamos lo acordado aunque fue un momento tenso el hombre finalmente se marchó. El taxista se podía haber marchado en Moray y dejarnos tirados o podía no haberse conformado con lo que le pagáramos por eso te aconsejamos que si haces esta visita en taxi dejes bien claro el precio del acuerdo y el destino para que luego no hayan problemas ya que Maray y Moray están bastante alejados de la ciudad de Cusco.


En nuestros días por Perú estuvimos visitando:

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