La Vall de Bianya es un rincón de Cataluña no muy conocido y que nos sorprendió gratamente los días que estuvimos por la zona. Sin duda la tranquilidad y los buenos paisajes podríamos decir que son su distintivo pues se encuentra a los pues de los pirineos.
En esta entrada os llevamos a conocer un poco más esta zona y a recomendárosla para visitarla en fin de año y en cualquier época.
Vall de Bianya
La Vall de Bianya, es un pueblo de la comarca de la Garrotxa, en la provincia de Girona y se trata de un valle formado por pequeños y grandes valles. Estos valles son cuatro: el de Bianya, el de Carrera, el valle del Bac y el de Sant Ponç.
Este conjunto de valles está en el Parque Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, y a parte de ser famoso por tener unos 40 volcanes con más de 100.000 años, es una de las zonas más bonitas de Catalunya y una de nuestras preferidas.
Esta comarca del pre-pirineo catalán se tiñe de colores en otoño, cuando sus sus bosques de hoja caduca de hayas se llenan con todos los colores del otoño: ocres, marrones, granates, rojos, amarillos, naranjas… una maravilla para la vista. En este punto cabe resaltar la Fageda d’en Jordà, un hayedo que se tiñe desde el suelo hasta las copas de los árboles. Aquí os dejamos nuestro post de La Fageda d’en Jordà.
También en esta zona puedes encontrar muchos gorgs (pozas) como el Gorg del Molí dels Murris entre les Planes d’Hostoles i Sant Feliu de Pallerols por la C-63. Las aguas de este gorg en concreto que vienen de la riera de Cogolls, confluyen con las aguas subterráneas de la zona.
Las aguas de la riera de Cogolls se suman al caudal de las aguas subterráneas de la zona, que contienen bicarbonato cálcico hacen petrificar las plantas formando travertinos. En verano esta zona es ideal para refrescarse.
Qué ver en la Vall de Bianya
Església de Sant Martí de Capsec
Un punto para visitar es la Església de Sant Martí de Capsec del siglo XII que durante el siglo XV se tuvo que reconstruir a causa de los terremotos que afectaron a la zona volcánica de la Garrotxa.
Caminando por la historia
La Vía del Capsacosta, llamada Vía Annia por los romanos, antiguamente se utilizó paso natural entre las tierras del Plà de l’Empordà, La Garrotxa, El Ripollés y El Vallespir. Fue un ramal secundario de la Vía Augusta, que desde Figueras se adentrava al valle de Bianya, subía por Capsacosta y se juntaba a el Coll d’Ares, para volverse a unir otra vez ya en la Galia con la vía Domitia (continuación de la vía Augusta).
A lo largo de la época medieval pasó a llamarse Camíno Real, enlazando el comercio con el valle de Camprodon y así continuó hasta la época moderna.. También jugó un papel importantísimo en diversas incursiones francesas durante la Guerra franco-española (1635 y 1659).
Por si fuera poca la belleza del paisaje, los vestigios románicos dejaron una quincena de iglesias esparcidas por todo el territorio que ensalzan su encanto.
Vía del Capsacosta
Empezamos la Vía del Capsacosta en Sant Pau de Segúries, dejando el coche en el aparcamiento del Camping Els Roures y tomando el camino que hay justo detrás del camping.
El primer tramo pasa por una zona de casas y granjas todo muy llano. Durante todo el recorrido está muy bien señalizado
Un poco más adelante está el inicio de la Vía y el primer tramo sendero empieza con el ascenso de la Collada del Capsacosta, entre bosques y algún riachuelo que atraviesa el camino. Aunque empieza con subida, no deja de ser un museo arqueológico viviente.
Una vez llegas arriba empieza el descenso y empiezas a encontrarte paneles informativos que te explican curiosidades de la Vía y sus diferentes tramos.
Llegamos hasta Can Sargantana, donde dimos media vuelta y volvimos hacia Sant Pau de Segúries. El sendero es agradable, fácil y se hace en menos de tres horas tranquilamente. Aunque fue declarada Be Cultural d’Interés Nacional por la Generalitat de Catalunya, creemos que los fondos destinados son escasos, porque está muy erosionada en algún punto llegando a resbalar mucho a causa del tiempo y por ser un tramo muy visitado.
De camino a casa paramos a comer en una iglesia que nos llamó la atención desde la carretera C-26, Santa Margarida de Bianya del siglo XVII. Está en muy buen estado, y al lado de esta, hay un pequeño cementerio.
Dónde dormir en la Vall de la Bianya
La idea de pasar la noche en una cabaña en fin de año... nos molaba mucho!! y esta estaba genial!
Tenía capacidad para 5 personas, una habitación doble, una cama doble en la buhardilla, y otra individual en el comedor; un comedor-cocina con todos los utensilios para cocinar, un baño completo y calefacción.
El camping en el que estábamos era muy pequeño y tranquilo, la tranquilidad quizás era debida al frío que hacía fuera y a la comodidad de las cabañas.